miércoles, 17 de octubre de 2012

Enzo, inmENZO...

Fue un honor haber tenido a Enzo Franchescoli de visita por Córdoba, aunque haya sido una visita fugas, de esas que pasan y te dejan algo.
Vino y dio cátedra en la capilla del Buen pastor, habló de todo, con su toque caballeresco y respondió a un público que a cada instante coreaba "Uruguayo, Uruguayo". Dejó contento a varios y a otros no tanto, no por su presencia, si no por que quedaron afuera y no pudieron verlo siquiera a unos pocos metros. Otros quedaron heridos por haberlo tenido tan cerca y no poder haber obtenido una foto, un autógrafo quizás de su máximo ídolo.
A este periodista le queda la grata satisfacción de no sólo haber obtenido un autógrafo de el y la foto, si no que el grato recuerdo de poder haber sido uno de las pocas personas que compartió tiempo con el Principe en su visita por Córdoba.
Enzo decía: "El fútbol no me va a dejar a mi, no me va a encontrar sentado. ¿Y sabés que? Cuando llegue ese día, lo único que quisiera es que digan: ¡Que buen jugador, sí, pero que hermosa persona!. Eso es lo que me importa: ser una buena persona. 
Que el Beto Alonso pueda decirles a sus hijos: yo jugué con Francescoli y no saben lo gran tipo que era. Que dentro de treinta años me encuentre en la calle con Gallego o Pumpido y me pueda dar un abrazo con ambos. Porque en definitiva, más allá de la imagen y de la enseñanzas futbolística que uno puede dejar para algún niño -que es mínima-, lo fundamental es su comportamiento como persona. Porque el fútbol solo no existe. Hay que preparar la mente para dar un consejo y el alma para ser buena persona...".