lunes, 2 de julio de 2012

LA SIMPATÍA DE ENCARCELAR A UNA CRIATURA


La grandeza de una de una Nación y su progreso moral  pueden ser juzgados por la forma en que ésta trata a sus animales” Gandhi.
 
"Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre" frase de Víctor Hugo, a la cual se le extendería el placer de acariciar un león. Yo tengo un gato al que adoro, es un gato de color blanco y cada día se va volviendo más viejo pero con un tilde callejero, aunque por estas épocas de frío invernal se vuelve más casero y dormita a la vera del calor producido por el fuego del hogar, muchas veces me da la sensación de ver un mini león, evidentemente tienen un aspecto majestuoso.

Hace unos días me enteré por un cartel que el Zoológico de nuestra ciudad trajo desde Buenos Aires un cachorro de león blanco de dos años de edad, la escusa de traerlo es “sumar una propuesta simpática al menú de alternativas para entretener a los chicos durante las vacaciones de invierno" dijeron al diario La Voz del Interior desde el Zoológico, frase netamente comercial, en donde pareciera ser que lo que se ofrece es un  producto.

Las sensaciones fueron muchas, tal vez por que en mi vida tuve la oportunidad de acariciar un tigre y una leona, impresiones que me dejaron varias sensaciones, una de ellas es la de amar tanto a esos animales que su libertad me llena de satisfacción y su encierro de tristeza. Después de acariciarlos comprendí, que no nacieron para limitarse  a una jaula de hierro y cemento, son criaturas (como todos) que nacieron para vivir libres, majestuosamente libres.

Al leer las declaraciones de la gente del Zoologico me preguntaba qué puede encontrase de simpático en tener encerrado de por vida a un hermoso  y bello ejemplar como ese león, ¿qué puede ver de simpático un niño ante semejante tortura? Evidentemente es una cuestión cultural, de moral y de costumbres, diríamos de valores, los valores que nos han inculcado y los que estamos inculcando a nuestros hijos.

El tema de los zoológicos y los encierros a los animales viene calando en silencio desde hace varios años, muy desde el silencio, donde un grupo de vecinos, de ciudadanos, viene luchando para que la Municipalidad de cierre al Zoológico de Córdoba. Pero todo lo contrario. El estado municipal fomenta esta actividad trayendo nuevas atracciones, en este caso: “Al león blanco, uno de los únicos ejemplar en el mundo”. Que orgullo ¿no? lo tenemos nosotros, lo tenemos encerrado en nuestra ciudad, al estado municipal le enorgullece el encierro de una criatura tan única, tan bella en su especie.
Esta criatura tiene el marketing de una estrella, su llegada a la ciudad se anuncia en los diarios y se empapelan las calles con su imagen. La publicidad de un artista, el trato de un preso.

Triste papel de la Municipalidad, tan inhumano que no avanza hacia una ética de la convivencia entre el ser humano y el medio ambiente. Un Estado tan retrógrado que en vez de buscar cada vez más la limitación de estos lugares, hasta llegar al cierre del mismo, lo que hace es fomentar su consumo.
En los países y ciudades más desarrollados del mundo se legisla para que se limiten y destierren los Zoológicos y los circos con animales, mientras nosotros ni comenzamos siquiera a debatir sobre el estado de  estos lugares.

Lugares a los cuales en nuestra ciudad se lo llama “La reserva de flora y fauna del Parque Sarmiento”, todavía nos preguntamos que tiene de reserva si ni el 5 % de los animales que se encuentran allí (tanto en el Zoo como en la granja) están en peligro de extinción.

Por más que se defienda la existencia de esa cárcel para animales como un lugar de entretenimiento, educativo o de conservación de las especies, hay que advertir que se están violando los derechos más básicos de los animales  dados en la Declaración Universal de Los Derechos del Animal (UNESCO, 1977). Podríamos citar artículo por artículo he inciso que se encuentran violados, más es más fácil citar toda la declaración ya que no existe artículo con su inciso que no sea violado por el Zoológico.
Mientras ese foco de tortura se encuentre allí no podremos decir que estamos enana ciudad mejor, más humana, más ética, ya que el trato que le damos a nuestros animales da muestra de la grandeza que tenemos.

El Zoológico seguirá allí por algunos años más,  pero se que no estará  por siempre, es cuestión de tiempo. Mientras tanto ese hermoso león llamado Jamel pasará una “vacaciones” no muy buenas en nuestra ciudad, pero estoy seguro que más temprano que tarde será excarcelado, por mi parte, como desde hace muchos años, no iré al Zoológico seguiré no alimentando económicamente ese centro de tortura.
José Espíndola
Comunicador Social.

1 comentario:

  1. ¡Muy buen artículo! Seguí para adelante, el blog está muy bueno.

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